Soy la mayor de cuatro hermanos. Tuve la suerte de crecer en una casa en la que siempre hubo libros a nuestro alcance. Creo que me leí todas las novelas de Julio Verne antes de saber siquiera quién era el autor. Y, a pesar de que mis inquietudes me llevaron por el camino de la ciencia y de que la lengua nunca fue mi asignatura preferida, me fascinaba la facilidad con la que los escritores eran capaces de hacerme formar parte de sus historias. ¡No sé cuántos poemas nos aprendimos mi hermano y yo mientras uno competía por ganar al otro recitándolos de memoria!
Tras años en los que mis lecturas se limitaron a otro tipo de literatura relacionada con mi profesión, la pandemia me hizo retomar el placer de leer ficción y también las ganas de contar historias a mi manera.
Y descubrí el gusto por escribir. Y admiré mucho más a todas esas personas que tanto me hicieron y me hacen disfrutar con sus palabras escritas.